Cómo evitar resfriados en otoño los mayores

octubre 3, 2017|Publicado por: Consejos ancianos, Salud

El verano ya ha pasado, aunque parezca que aún se resiente, el otoño está aquí y con él las enfermedades y patologías propias de esta estación, entra ellas, la más frecuente, los famosos resfriados. ¿Cómo evitarlos en las personas mayores?

Debemos recordar que el resfriado o catarro es una infección vírica, en general de curso leve, del sistema respiratorio superior que afecta a personas de todas las edades, es altamente contagiosa y está causada fundamentalmente por el rinovirus y coronavirus.

Lavarse las manos con frecuencia o usar pañuelos desechables son algunas de las medidas a tener en cuenta, para no coger resfriados. Además de no estornudar sobre las manos, para evitar el contagio, mantener los pies siempre secos, no automedicarse, etc. en general, los profesionales sanitarios aconsejan seguir unos hábitos saludables, en esta estación y cercanos al invierno.

¿Cuáles son los síntomas propios de los resfriados en otoño?

Los primeros síntomas, como estornudos, secreción o congestión nasal, dolor de cabeza, goteo, ojos llorosos, picor, dolor o flema en la garganta, tos, cansancio y una sensación de malestar general, suelen tener su origen en cambios bruscos de temperatura o el mismo estrés.

Otros consejos recomendables es mantener los pies siempre secos, ventilar las habitaciones y evitar tocarse la cara, ya que los ojos, la nariz y la boca son las zonas del cuerpo más sensibles para la entrada de virus.

Al mismo tiempo recuerdan que, en el caso del resfriado no existe ni vacuna efectiva ni tratamiento etiológico, por lo que las alternativas disponibles se limitan exclusivamente al control de los síntomas.

Acusan al estrés como otra de las causas más frecuentes, debido a que debilita el sistema inmunológico, así como el alcohol y el tabaco. Por este motivo, es importante descansar y mantener una alimentación equilibrada que nos proporcione los nutrientes esenciales para mantener nuestras defensas altas y evitar sustancias nocivas, y también se aconseja beber abundantes líquidos, como zumos, caldos o infusiones para proteger el organismo ante posibles agresiones externas.

No podemos olvidar que dormir entre 7 y 8 horas es de vital importancia y no automedicarse, puesto que se debe consultar siempre a los profesionales sanitarios la aparición de los primeros síntomas.

Por último, recordar que los antibióticos acaban con las bacterias, pero no con los virus, además pueden causar un desequilibrio en la flora intestinal, que a su vez altera las funciones inmunitarias o de defensas del organismo, por tanto, buscar siempre asesoramiento profesional para no agravar la situación.