Cómo prevenir la pérdida de memoria

enero 16, 2018|Publicado por: Alzheimer, Consejos ancianos, Deterioro cognitivo

A pesar de que algunas causas de la pérdida de memoria no pueden prevenirse, sí podemos optar por adoptar unos buenos hábitos que velen por la salud de nuestro cerebro y nuestra agilidad mental. Por ello, hoy desde Residencias Comunidad de Valencia os explicamos cómo prevenir la pérdida de memoria.

Dieta saludable. Determinados alimentos favorecen la conservación de la memoria, puesto que algunos nutrientes son esenciales para las funciones neuronales. Durante la juventud es especialmente importante evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco o azúcar, puesto que pueden afectar a cerebro. ¿Qué alimentos nos ayudan a prevenir la pérdida de memoria?

Alimentos con omega-3. Se trata de uno de los ácidos grasos esenciales que más influye en el funcionamiento de los neurotransmisores cerebrales: nueces, almendras, aguacate y pescados azules.
Alimentos ricos en antioxidantes. Los antioxidantes ayudan a combatir los radicales libres y prevenir el envejecimiento de las células protegiendo las neuronas: espinacas, cebolla, ajo, brócoli, pimientos, y frutas cítricas.
Vitaminas del grupo B. Son nutrientes esenciales para conservar la memoria y cuidar la salud cerebral: huevo, avena, alimentos integrales como pan y cereales.

Ejercitar la mente. Mantener el cerebro activo mediante ejercicios que permitan estimularlo es una buena forma de prevenir la pérdida de memoria. Algunos de los hábitos más recomendables con la lectura, hacer crucigramas, sudokus, aprender cosas nuevas, tocar un instrumento musical, etc. Realizar estas prácticas ayudarán a ejercitar el cerebro y entrenar la memoria.
Dormir lo suficiente. Dormir es de vital importancia para que nuestro cuerpo realice cambios tanto físicos como mentales. Durante este estado, nuestro cerebro establece conexiones neuronales y se almacenan nuevos recuerdos. Una falta de sueño puede repercutir en nuestro rendimiento y concentración afectando a nuestra memoria.
Hacer ejercicio. Además de entrenar nuestra mente, la salud física está conectada a la mental, por lo que realizar ejercicio de forma regular puede prevenir el deterioro de la agudeza mental. El ejercicio mejora la función pulmonar, que a su vez se encarga de que el cerebro reciba el oxígeno suficiente. Cuando realizamos ejercicio aumenta la producción de endorfinas, las sustancias que nutren al cerebro y lo protegen.